¿Y si tuviésemos la capacidad de reaccionar correctamente ante cualquier imprevisto, prediciendo situaciones futuras y gestionando reacciones previas que no permitan que nuestro negocio no se vea afectado?
No existen bolas mágicas que nos digan qué sucederá en el futuro, pero sí podemos utilizar estrategias o tecnología que nos permitan anticiparnos a hechos, tanto positivos como negativos, que puedan influir en nuestro negocio. En otras palabras, valernos de metodologías que nos permitan convertirnos en agentes reactivos a los acontecimientos venideros probables o factibles.
Y hablando de reactividad, además de poseer las herramientas y metodologías que permitan que reaccionemos y actuemos, debemos tener en cuenta la innovación en esa respuesta a los acontecimientos.
Desde hace un tiempo, todo esto se ha trabajado en el campo del diseño dando lugar al denominado diseño especulativo.
Pero, ¿qué es el diseño especulativo?¿Cómo puede ayudar a mi marca o negocio? ¿Es filosofía o una disciplina aplicable en mi negocio?
El diseño especulativo
El diseño especulativo es una tendencia o disciplina del diseño que plantea diferentes incógnitas a futuro que pueden afectar a nuestro negocio. Preguntas como “¿y sí?” o “¿qué pasaría si…?” ayudan a crear escenarios especulativos en los que los diseñadores pueden desarrollar estrategias y experiencias que puedan mejorar hipotéticos escenarios en el futuro.
Para ejemplificar los tipos de futuro para los que podemos diseñar experiencias, podemos tomar como referencia la versión de Joseph Voros del cono desarrollado originalmente por Clem Bezold, el haz de luz se divide en futuros con una mayor o menor probabilidad de suceso.
*Recurso procedente de nesta.org.uk
- Futuros posibles: Estos incluyen los tipos de futuros que «podrían suceder», todos los tipos que podamos imaginar (el «impulso warp» de Star Trek es un buen ejemplo), estos también podrían involucrar transgresiones de leyes o principios físicos actualmente aceptados.
- Futuros plausibles: Estos cubren aquellos futuros que «podrían suceder» de acuerdo con nuestro conocimiento actual de cómo funcionan las cosas. Se derivan de nuestra comprensión actual de las leyes físicas, los procesos, la causalidad, los sistemas de interacción humana, etc.
- Futuros probables: Estos contienen aquellos que se consideran «probables de suceder». Es una simple extensión lineal del presente y, a menudo, se la denomina «business-as-usual».
- Futuros deseados: Por el contrario, estos se refieren a lo que «queremos» que suceda; en otras palabras, estos futuros son más emocionales que cognitivos y se derivan de juicios de valor. Debido a que los valores difieren entre las personas, esta clase de futuros es bastante variada.
El diseño especulativo: creatividad, escenarios hipotéticos y resolución de problemas y necesidades futuras
Sin duda, el diseño especulativo puede afectar a la gran mayoría de campos y áreas, desde el arte al marketing, pasando por otros campos como la política o el urbanismo.
Hoy nos centraremos en hablar en cómo esta disciplina del diseño puede ayudarnos a crear soluciones centradas en el humano/usuario/consumidor (human-centered) para escenarios hipotéticos que puedan afectar a nuestro negocio positivamente o negativamente.
Antes de nada, debemos pensar en futuros plausibles que narran hechos que posean una probabilidad de suceso, deseablemente media o alta, y que conecten y dialoguen de alguna manera con nuestra actividad presente, creando o imaginando escenarios futuros realistas.
A partir de este punto, se abren un mundo de posibles situaciones o dimensiones en las cuales el diseño especulativo puede ayudar a crear soluciones para necesidades o problemáticas que todavía no han sucedido, pero que pueden que lo hagan.
Un ejemplo claro es la pandemia de 2020 relacionada con la aparición de la Covid-19. Un escenario que podríamos considerar distópico hablando rápido y corriendo, pero que claramente, si consultamos el pasado de la humanidad, podríamos catalogar de perfectamente plausible.
Este tipo de eventos, una vez imaginados en el pasado, serían los perfectos catalizadores de soluciones que sí podrían mejorar la situación de nuestro negocio en esos futuros plausibles.
Prototipando un futuro incierto
Como hemos visto, dedicar tiempo a crear soluciones que se adelanten a acontecimientos del futuro no es ninguna broma.
Concretamente, para realizar un taller de diseño especulativo debemos pasar por las siguientes fases:
- Recoger y analizar datos sobre una cuestión actual: una nueva tendencia, un producto en fase de desarrollo, una noticia, y comentar lo que es, para qué sirve y qué problema puede generar o solucionar.
- Generar en grupo varias preguntas tipo «¿Qué pasaría si…?», que interroga sobre el futuro y empuja a explorar opciones y crear escenarios posibles. Para ayudarnos a idear podemos preparar en unos papeles varias opciones y sortearlas. Por ejemplo: un plazo: “el verano que viene” o “en 2030”; un público: “niños” o “trabajadores de la empresa”; o un lugar “en Tokio” o “en la habitación”.
A finales de 2019, participé en un taller de diseño especulativo y después de analizar las noticias y tendencias actuales hemos generado la siguiente pregunta: “¿Qué pasaría si en 2050 los habitantes de nuestra ciudades solo podrían salir a la calle con una máscara de gas por culpas de la contaminación y de los virus?” Un futuro que hoy en día no parece tan poco probable como lo era en 2019.
- Crear un escenario o una respuesta posible a esta pregunta
En nuestro caso hemos imaginado que la gente se queda frustrada porque la máscara no permite transmitir sus sentimientos y su humor actual.
La última etapa es construir en grupo objetos tangibles que permitan profundizar y concretar la respuesta.
En el taller en el que participé respuesta fue una máscara (de papel y cartón) con una pantalla flexible que se puede conectar al móvil y proyectar un smiley, un emoticon, un gif, un mème o un mensaje según nuestro estado de ánimo.
Los talleres alrededor del diseño especulativo pueden girar alrededor de una presentación de un producto o imaginar cómo sería el anuncio comercial de ese producto. Las posibilidades son infinitas.
Y tú, ¿te animas a descubrir el diseño especulativo?