Todos hemos escuchado hablar de los NFT’s y del mercado de comercialización de arte digital, del que hemos podido leernoticias de todos los tipos, desde grandes inversiones hasta proyectos que fracasan, y eso nos lleva a pensar, ¿vale la pena invertir en la creación de contenido exclusivo para ciertos usuarios?, ¿esto tiene algún tipo de valor agregado para la marca?
Para empezar, es necesario recordar qué es un NFT y para qué sirve: un Non-Fungible Token es una pieza coleccionable que, como dice su nombre, no es material, en otras palabras, es un ítem digital con un valor subjetivo generado por su exclusividad y que se traduce en un precio creado por la misma comunidad que lo compra y lo comercializa.
Ahora bien, ¿qué es lo que tienen de especial los NFT? Podríamos decir, “pero si yo puedo descargar una imagen como la del NFT con la misma calidad, la misma firma y gratis”, y sí, es cierto, pero lo que hace tan especiales a estos ítems es que son coleccionables y solo hay un original. Podrá haber muchas adaptaciones de la Mona Lisa, pero la real siempre se encontrará en el Louvre, esto es lo que buscan los usuarios, la exclusividad, ser los dueños de la pieza original.
Si lo ponemos en términos que todos conocemos, tener un NFT es como tener un tazo único de Pokémon, una edición especial dorada que solamente se produjo una vez. Puede que no simbolice dinero, puede que haya cientos de réplicas, pero el original tiene un valor que no tendrá ninguna copia, así funcionan los Non-Fungible Token.
Y ahora, conociendo esto, ¿vale la pena invertir en la creación de NFT’s para las empresas? Empecemos por los datos obvios: primero, ya no es necesario ofrecer productos o servicios presenciales a los clientes, además, se crea un nuevo vínculo entre el fanbase y la marca, los clientes muestran su brand love adquiriendo productos originales directamente. Por ejemplo, un músico puede vender sus canciones directamente a un fan mediante un NFT sin tener que pasar por plataformas de streaming.
En este punto podemos comprender que lo que vende un NFT no es un producto, es una marca en sí. Un caso de éxito ejemplificando cómo vender la marca sin vender el producto es Pringles, crearon un sabor digital llamado CryptoCrisp con 50 originales para comercialización. El GIF empezó con un precio de 2 dólares cada uno, lo que costaría una lata de Pringles real, y rápidamente saltó hasta los 600 dólares por ítem. Otro ejemplo notable es la invención de los Nike’s CryptoKicks en 2019, la creación de assets para fabricar zapatos digitales en un blockchain, que pueden ser personalizados y manufacturados.
Es claro que no todos los usuarios quieren un NFT para coleccionar, por eso algunas marcas han optado por agregar beneficios a sus ítems; por ejemplo Adidas otorga acceso a prendas exclusivas y primera fila para futuros lanzamientos de colección.
Para lograr tener un impacto real en el Crypto–market debemos mostrarle al mundo que es lo que hace a nuestros tokens algo especial. Según la revista Forbes, existen 3 formas de dar un valor agregado:
- Dar acceso a una comunidad online exclusiva junto con el NFT.
- Entradas a eventos futuros, online o presenciales.
- Oportunidad de foros personalizados con altos cargos de la empresa como el CEO o fundador.
Además, es necesario incluir una gran cantidad confianza a la ecuación; los usuarios no compran cualquier producto, tienen que tener la seguridad de que tendrá una utilidad, de que podrán apostarle a un ítem que será más valioso en el futuro, además de ser una oferta seria, con buenas bases y credibilidad como negocio, (esto tomando en cuenta el caso de Lana Rhoades y la casi estafa de 1.5 millones de Euros con CryptoSis).
El futuro de los NFT’s tiene dos grandes posibilidades, que salgan asombrosamente bien o trágicamente mal.
Caso 1: si todo sale de maravilla, los NFT’s podrán ser exhibidos y popularizados en el metaverso, se volverán un tipo de Crypto Currency con bastante movimiento y se considerarán un coleccionable al igual que valiosas pinturas o esculturas de arte moderno, habrá un nuevo mercado donde las marcas podrán desarrollar un fanbase interesado en el branding y no solo en el producto.
Caso 2: el mundo empieza a rechazar los NFT’s por considerarlos inservibles, no se pueden implementar en el entorno del metaverso y quienes ya los tienen los conservan por la imposibilidad de venderlos a un precio decente. Se pierden a futuro por la inminente caída y desconexión de servidores y quienes lograron aprovechar el boom de este mercado acumulan sus riquezas mientras otros se arrepienten de no haberlo pensado mejor.
Así que, en realidad hay dos opciones en el mercado de los non-fungible tokens: se entra al mercado, se asumen los riesgos, se invierte en posicionamiento y en campañas de marketing dirigidas a una población específica con estos intereses, teniendo como resultado un crecimiento exponencial del branding y la fidelización por parte de los clientes, además de ganancias relacionadas con el interés del público en los productos, que también puede resultar en una pérdida de inversión a mediano plazo… o, lo dejamos seguir y vemos su crecimiento o caída desde lejos mientras nos enfocamos en lo que ya nos resulta y pagamos el costo de oportunidad quedando atrás con lo que podría resultar.
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