Martech e IoT: ¿un arma de doble filo?
Los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías creadas por el hombre han determinado el pasado, presente y futuro del marketing. Es a partir del surgimiento de nuevas necesidades cuando el marketing convencional tuvo que evolucionar y adaptarse a lo digital, hasta llegar al momento presente y tener que reconvertirse de nuevo, ya no adaptándose, sino fusionándose con las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial: nace así el Martech. El Martech no deja de ser una mezcla entre el marketing y la tecnología, los cuales unidos terminan enriqueciendo la relación marca-cliente. Entre las tecnologías que se incluyen en el radar del Martech se encuentra la Inteligencia Artificial, el Big Data, el Mobile Marketing, el Cloud Marketing o el IoT (Internet of Things o Internet de las cosas). Todas ellas son importantes y la mayoría siguen desarrollándose y, por supuesto, ganando adeptos. Y es que gracias a ellas conseguimos ejecutar acciones mucho más efectivas con los usuarios. Una de esas tecnologías es el IoT, cada día más presente en nuestra vida cotidiana en dispositivos como, por ejemplo, los altavoces inteligentes con servicio de atención por voz. Con una simple orden de voz podemos ordenarles reproducir música, consultar las noticias, responder a preguntas, configurar alarmas e incluso controlar otros dispositivos digitales del hogar. Mientras más dispositivos conectados tenga el usuario, más son las formas en que el Martech puede alcanzarlos de forma detallada y oportuna. A través de las órdenes que mandamos a estos, las empresas creadoras de estos dispositivos con IoT consiguen mejorar sus productos atendiendo a la data almacenada de todos sus usuarios. Pero, ¿entonces quiere decir que se nos graba? Y de ser así, ¿se graba la información que le damos explícitamente al dispositivo o toda conversación que se de en su presencia? Este es el punto delicado de casi todas las acciones relacionadas con el Martech, el IoT y el Big Data: la protección de los datos del usuario. Por ello, es imprescindible que antes siquiera de recopilar datos tengamos en cuenta cómo adquirimos los datos y cómo los utilizamos. Tenemos que tener claro que la RGPD y la utilización responsable de los datos es el futuro más inmediato de cualquier acción del Martech. Y no vale de nada “hacer trampas” en esto y poner como excusa “la mejora de experiencia del usuario”. Un ejemplo son los titulares en prensa nacional e internacional el pasado mes de abril sobre el “Caso Alexa”, en el que Amazon admitía públicamente que sus operadores escuchaban las conversaciones de sus usuarios, muchas veces grabadas sin haber dicho la palabra clave “Alexa” con el que el dispositivo normalmente activa su micrófono de escucha. En su defensa, Amazon alegaba que Alexa se activaba sin motivo en momentos en los que el usuario no decía la palabra clave, y que en su compañía se tomaban muy en serio el trato de los datos de sus clientes. En ese momento le tocó a Amazon, pero podría ser cualquiera: Amazon Echo o “Alexa”, Apple Home Pod o Google Home. Sin querer o queriendo, hemos de seguir perfeccionando estos dispositivos para cada vez poder impactar a nuestros usuarios de una forma mucho más “limpia”, respetando su intimidad. Llegar al usuario es importante, pero no de cualquier manera.