¿Qué hace diferente al vídeo de una imagen única?
Una imagen dice más que mil palabras… ¡pues imaginad un vídeo que tiene 25 imágenes por segundo! Está claro que la producción de un vídeo es más caro que el de una imagen pero, si nos fijamos en el retorno de la inversión, el formato de vídeo puede ser mayor. Con los datos que hemos visto anteriormente, un vídeo es bastante atractivo para probarlo en una campaña de producto, y sobretodo en campañas de branding, ya que un vídeo permanece más tiempo en la memoria que una imagen. Y es que, según Forbes, el call-to-action en vídeo cautiva mucho más que una imagen. Si aún así el cliente no está 100% convencido, siempre se puede probar un test entre una imagen y un vídeo y ver los resultados.
¿Cómo debemos utilizar el videomarketing?
No hay una fórmula mágica para hacer que un vídeo se convierta en viral o para que impacte de una forma única, pero es cierto que este tipo de vídeos cuentan una historia que impacta. Un ejemplo claro es el caso de la campaña de Pescanova con “El Calvo de la Lotería”, en la que dieron de lleno con la infancia y los recuerdos de muchísima gente, haciendo que el spot se compartiera en redes sociales de manera masiva. Cierto es que la calidad ayuda en gran medida, pero es igual de importante saber hacer una buena campaña en redes sociales para encender la mecha. Y para que una campaña funcione bien en redes sociales, es importante que tenga una estrategia detrás y saber en qué momento del funnel estamos para adaptar las piezas a cada fase. No es lo mismo hacer vídeos para la parte upper funnel donde vas a un usuario nuevo, que hacer un vídeo en la parte de la conversión cuando tu objetivo es que el usuario que ya te conoce realice alguna acción como una compra. Si haces un video con un objetivo diferente al del cliente habrás malgastado tiempo y dinero. Es muy importante saber a qué target va dirigido el vídeo, como en el momento del funnel en el que te encuentres. Esto, junto con una creatividad de calidad, hará que una pieza triunfe.